Enfrentarse a la muerte de un ser querido nunca es fácil; tampoco desde la perspectiva del psicólogo que tendrá que tratar el problema con mucha sensibilidad. Es vital tener predisposición para escuchar y comprender. En el campo profesional de los psicólogos, es importante que formemos en resiliencia; también a los más pequeños para que puedan su la muerte de un ser querido. Durante el proceso, la persona no solamente ha perdido a su ser querido, su salud o sus expectativas. Tiene que sobrevivir al trauma de las circunstancias de la muerte, o del impacto de la noticia acerca de una enfermedad incurable. Tolerar el sufrimiento que genera el sistema defensivo psicológico que construimos (en el pasado o en el presente) para poder evitar o aliviar nuestro dolor es vital; la persona necesita explorar el significado profundo de la relación perdida o de la anticipación de relaciones que no podrá vivir en el futuro. Además, en algunos casos no todas las personas tienen apoyo continuado de sus seres más cercanos, lo que puede hacer que sufran la constante desautorización que el entorno hace de su dolor.

Definir el duelo exclusivamente como un proceso de «reconstrucción de significados», o de «adaptación a una nueva realidad donde el fallecido no está», o como un proceso de «soltar lazos», o de «transformación de la identidad», es reducir la teoría de duelo a un único factor causal. El duelo es una integración de todas estas tareas, porque unas van conectadas con otras, y deberemos tratarlas todas. Por tanto, la «integración» en psicoterapia de duelo alude al proceso de atender las distintas tareas que configuran la dinámica del proceso en sus diferentes etapas de desarrollo. De los más de dos millones de personas en España que experimentan la pérdida de un ser querido cada año, se calcula que entre un 10% y un 20% acaban con un duelo complicado, es decir, con la aparición de trastornos de conducta, cognitivos y afectivos.

Por eso es necesario afrontar de forma natural estas situaciones y asumir sentimientos como la negación, la rabia o la añoranza e intentar enfocar la muerte desde el punto de la vista del recuerdo y no de la pérdida. Durante el Módulo del Duelo (impartido por Ana Moltó Soler, psicóloga de la AECC de Alcoy) de nuestro Máster profundizaremos en la selección de estrategias deberá realizarse de forma discriminada teniendo en cuenta si lo que se aborda son elementos del trauma, defensas de evitación, aspectos relacionales o el trabajo de construcción de nuevos significados y cambios en la vida del doliente.